El reto de la economía circular en el calzado

Una de las industrias que mayor reto encuentra en transformar sus procesos lineales de producción en circulares es la industria del calzado. Conseguir la economía circular en el calzado está resultando muy complejo. Por plasmar la problemática en datos, si bien en España la tasa de reciclaje ronda el 35%, con sectores con altos porcentajes como el cartón (75%), el vidrio (73%), o envases (51%), en el caso del calzado no llega ni al 5%.

¿A qué se debe este considerable retraso en cuanto a la aplicación de la economía circular en este sector? Las tres principales dificultades hacia la transición verde a las que se enfrenta la industria del calzado son la diversidad de materiales utilizados en cada pieza, la dificultad de separación de dichos materiales y los altos estándares de calidad que deben cumplir para garantizar las exigencias en cuanto a propiedades físicas y otros requerimientos, que dificultan la posibilidad de utilizar otro tipo de materias primas y componentes más sostenibles.

residuos calzado
Imagen de jcomp en Freepik

¿Por dónde empezar?

La estrategia principal para poder avanzar en la economía circular del calzado es el ecodiseño. Únicamente planteándonos todos los componentes de cada pieza, y la manera en que se relacionan hasta conseguir el acabado final, seremos capaces de encontrar soluciones como la monomaterialidad (todavía inexistente), el uso de materiales menos tóxicos y más fácilmente reutilizables o reciclables, la facilidad de procesamiento de las distintas partes una vez terminada la vida útil, o, lo que es todavía mejor, la posibilidad de reparar el calzado para conseguir una mayor vida del producto y maximizar así su valor.

Además, en la provincia de Alicante, que es el polo de producción de calzado más importante de España, y gracias a los proyectos de innovación de INESCOP (Centro Tecnológico del Calzado), se está trabajando en varias líneas estratégicas para minimizar el impacto medioambiental del proceso productivo, como el análisis de la huella de carbono para minimizar la emisión de GEI, la revalorización energética de residuos de calzado, la obtención de biopolímeros a partir de residuos de piel, la obtención de colágeno hidrolizado a partir de subproductos animales para aplicar en curtidos y como fertilizantes orgánicos, y la obtención de adhesivos y aditivos a partir de aceites de origen vegetal.

Y sin duda, además de la innovación técnica, tan necesaria para llegar a conseguir la economía circular en este sector, existe un recurso económico fundamental, que coincide con el ODS 17: el desarrollo de sinergias entre empresas del mismo sector y de diferentes actividades para crear ecosistemas industriales donde procesar conjuntamente residuos similares o conseguir mediante la simbiosis industrial que unos residuos de una industria se conviertan en insumos de otra.  

Nace el primer sistema de gestión de residuos de calzado

Prueba de la importancia de las alianzas es la reciente creación del primer SCRAP (Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor) del calzado, GERESCAL, una entidad sin ánimo de lucro fundada por importantes empresas del sector como Pikolinos, Pabloski, Mascaró, Callaghan, Unisa, Wonders, Mustang, Zahonero y Pons Quintana, que se encargará de la incorporación en el sector calzado del ecodiseño, el uso de materiales reciclados, la adecuada gestión del calzado al final de su vida útil y la trazabilidad de todo el proceso, evitando el destino final en vertedero del calzado usado y dando así cumplimiento a la nueva legislación sobre residuos.

Así que quedémonos con un mensaje de esperanza. La economía circular en el calzado será posible. Simplemente tenemos que trabajar desde la estrategia circular e ir implementando las acciones necesarias para que sea una realidad cuanto antes.

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